Lista de puntos

Hay 8 puntos en «Forja» cuya materia es Acciones de gracias → motivos.

¡Qué deuda la tuya con tu Padre-Dios! —Te ha dado el ser, la inteligencia, la voluntad…; te ha dado la gracia: el Espíritu Santo; Jesús, en la Hostia; la filiación divina; la Santísima Virgen, Madre de Dios y Madre nuestra; te ha dado la posibilidad de participar en la Santa Misa y te concede el perdón de tus pecados, ¡tantas veces su perdón!; te ha dado dones sin cuento, algunos extraordinarios…

—Dime, hijo: ¿cómo has correspondido?, ¿cómo correspondes?

Medítalo con frecuencia: ¡soy católico, hijo de la Iglesia de Cristo! El me ha hecho nacer en un hogar "suyo", sin ningún merecimiento de mi parte.

—¡Cuánto te debo, Dios mío!

Agradece a tus padres el hecho de que te hayan dado la vida, para poder ser hijo de Dios. —Y sé más agradecido, si el primer germen de la fe, de la piedad, de tu camino de cristiano, o de tu vocación, lo han puesto ellos en tu alma.

Veo tu Cruz, Jesús mío, y gozo de tu gracia, porque el premio de tu Calvario ha sido para nosotros el Espíritu Santo… Y te me das, cada día, amoroso —¡loco!— en la Hostia Santísima… Y me has hecho ¡hijo de Dios!, y me has dado a tu Madre.

No me basta el hacimiento de gracias: se me va el pensamiento: Señor, Señor, ¡tantas almas lejos de Ti!

Fomenta en tu vida las ansias de apostolado, para que le conozcan…, y le amen…, y ¡se sientan amados!

Piensa, porque es así: ¡qué bueno es el Señor, que me ha buscado, que me ha hecho conocer este camino santo para ser eficaz, para amar a las criaturas todas y darles la paz y la alegría!

—Este pensamiento ha de concretarse luego en propósitos.

No dejes de ver y de agradecer la predilección del Rey que, en tu vida entera, resella tu carne y tu espíritu con el sello real de la Santa Cruz.

Cuando recibas algún golpe fuerte, alguna Cruz, no debes apurarte. Por el contrario, con rostro alegre, debes dar gracias al Señor.

Agradezcamos mucho y con frecuencia esta llamada maravillosa que hemos recibido de Dios: que sea una gratitud real y profunda, estrechamente unida a la humildad.