Lista de puntos

Hay 8 puntos en «Surco» cuya materia es Santidad → llamada universal .

No todos pueden llegar a ser ricos, sabios, famosos… En cambio, todos —sí, “todos”— estamos llamados a ser santos.

A veces te inventas “problemas”, porque no acudes a la raíz de tus modos de comportarte.

—Lo único que necesitas tú es un decidido cambio de frente: cumplir lealmente tu deber y ser fiel a las indicaciones que te han dado en la dirección espiritual.

¡Qué compasión te inspiran!… Querrías gritarles que están perdiendo el tiempo… ¿Por qué son tan ciegos, y no perciben lo que tú —miserable— has visto? ¿Por qué no han de preferir lo mejor?

—Reza, mortifícate, y luego —¡tienes obligación!— despiértales uno a uno, explicándoles —también uno a uno— que, lo mismo que tú, pueden encontrar un camino divino, sin abandonar el lugar que ocupan en la sociedad.

“¿Quién ha dicho que, para llegar a la santidad, sea necesario refugiarse en una celda o en la soledad de una montaña?”, se preguntaba, asombrado, un buen padre de familia, que añadía: “entonces serían santas, no las personas, sino la celda o la montaña. Parece que se han olvidado de que el Señor nos ha dicho expresamente a todos y cada uno: sed santos, como mi Padre celestial es santo”.

—Solamente le comenté: “además de querer el Señor que seamos santos, a cada uno le concede las gracias oportunas”.

No todos los ciudadanos forman parte del ejército regular. Pero, a la hora de la guerra, todos participan… Y el Señor ha dicho: “no he venido a traer la paz, sino la guerra”.

Para quitar importancia a la labor de otro, susurraste: no ha hecho más que cumplir con su deber.

Y yo añadí: —¿te parece poco?… Por cumplir nuestro deber nos da el Señor la felicidad del Cielo: «euge serve bone et fidelis… intra in gaudium Domini tui» —muy bien, siervo bueno y fiel, ¡entra en el gozo eterno!

La santidad está compuesta de heroísmos. —Por tanto, en el trabajo se nos pide el heroísmo de “acabar” bien las tareas que nos corresponden, día tras día, aunque se repitan las mismas ocupaciones. Si no, ¡no queremos ser santos!

Hasta ahora no habías comprendido el mensaje que los cristianos traemos a los demás hombres: la escondida maravilla de la vida interior.

¡Qué mundo nuevo les estás poniendo delante!

Referencias a la Sagrada Escritura
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