Lista de puntos

Hay 12 puntos en «Camino» cuya materia es Vocación → fidelidad a la vocación.

La pureza limpísima de toda la vida de Juan le hace fuerte ante la Cruz. —Los demás apóstoles huyen del Gólgota: él, con la Madre de Cristo, se queda.

—No olvides que la pureza enrecia, viriliza el carácter.

«Quia hic homo coepit aedificare et non potuit consummare!» —¡comenzó a edificar y no pudo terminar!

Triste comentario, que, si no quieres, no se hará de ti: porque tienes todos los medios para coronar el edificio de tu santificación: la gracia de Dios y tu voluntad.

Si no le dejas, Él no te dejará.

Ahora, que te entregaste, pídele una vida nueva, un «resello»: para dar firmeza a la autenticidad de tu misión de hombre de Dios.

Eso —tu ideal, tu vocación— es... una locura. —Y los otros —tus amigos, tus hermanos— unos locos...

¿No has oído este grito alguna vez muy dentro de ti? —Contesta, con decisión, que agradeces a Dios el honor de pertenecer al «manicomio».

Alégrate, si ves que otros trabajan en buenos apostolados. —Y pide, para ellos, gracia de Dios abundante y correspondencia a esa gracia.

Después, tú, a tu camino: persuádete de que no tienes otro.

Comenzar es de todos; perseverar, de santos.

Que tu perseverancia no sea consecuencia ciega del primer impulso, obra de la inercia: que sea una perseverancia reflexiva.

Dile: «ecce ego quia vocasti me!» —¡aquí me tienes, porque me has llamado!

Te apartaste del camino, y no volvías porque te daba vergüenza. —Es más lógico que te diera vergüenza no rectificar.

«La verdad es que no hace falta ser ningún héroe —me confiesas— para, sin rarezas ni gazmoñerías, saber aislarse lo que sea necesario según los casos..., y perseverar». —Y añades: «mientras cumpla las normas que me dio, no me preocupan los enredos y jerigonzas del ambiente: lo que me asustaría es tener miedo a esas pequeñeces.» —Magnífico.

Fomenta y preserva ese ideal nobilísimo que acaba de nacer en ti. —Mira que se abren muchas flores en la primavera, y son pocas las que cuajan en fruto.

El desaliento es enemigo de tu perseverancia. —Si no luchas contra el desaliento, llegarás al pesimismo, primero, y a la tibieza, después. —Sé optimista.

Referencias a la Sagrada Escritura
Referencias a la Sagrada Escritura
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