Lista de puntos

Hay 4 puntos en «Cartas II» cuya materia es Jesucristo → ponerlo en el centro de la vida de los jóvenes.

Darles el ideal de Cristo

Haced de modo que, en su primera juventud o en plena adolescencia, se sientan removidos por un ideal: que busquen a Cristo, que encuentren a Cristo, que traten a Cristo, que sigan a Cristo, que amen a Cristo, que permanezcan con Cristo.

Se espera pacientemente que la gracia divina vaya actuando en las almas, que llegue la hora del encuentro con el Maestro, y que tengan la generosidad y la ternura de seguir su voz –veni, sequere me11; ven, sígueme–, renunciando a tantas cosas, lícitas para otros.

Desde el primer momento de la obra de San Rafael, en la labor que hacía –en casa de mi madre– con los primeros, me ha venido siempre a la memoria el hambre de verdad del apóstol San Juan, que es la misma hambre que sienten los adolescentes y los jóvenes limpios de todos los tiempos, abriendo los ojos a las realidades del mundo.

Con ese deseo de saber acudían a la cátedra peripatética del Bautista. Pasó Jesús –respiciens Iesum ambulantem12– y el Bautista exclamó: ecce Agnus Dei13, he aquí el Cordero de Dios. Oyeron dos discípulos del Bautista –Juan y Andrés– estas palabras, et secuti sunt Iesum14, y siguieron a Jesús.

Después, ¿qué queréis?, les preguntó el Señor. Y la respuesta, no del todo lógica: Rabbi, ubi habitas?15; Maestro, ¿dónde vives? Les dijo Jesús: venite et videte16, venid y ved. Juan y Andrés fueron, vieron donde habitaba, y se quedaron con él aquel día.

Larga debió ser la conversación y hondo se metió el amor en el corazón adolescente de Juan: porque, cuando más tarde –a la vuelta de los años– relata su divina aventura, aquella parte del Evangelio tiene el candor y el perfume de un diario afectuoso –hora autem erat quasi decima17, eran las cuatro de la tarde, escribe–, recordando el instante preciso, en el que videns eos sequentes se18, viendo Jesús que le seguían, les invitó a acompañarle.

Es muy eficaz la labor de estos amigos jóvenes, que han seguidoa Cristo, que se mueven con discreción y naturalidad, entre los de su propia condición, viviendo con delicadeza y con amor nuestro espíritu, llevando el Christi bonus odor19, el buen olor de Cristo a todos los ambientes: su colaboración, en la obra de San Rafael, es una gran ayuda para los Numerarios que dirigen este apostolado. No es prudente, en general, plantear a estos amigos la vocación de Numerario. Ya hablarán ellos, si el Señor se la da.

Por otra parte, hay muchos chicos a los que no se planteará nunca el problema de su vocación personal o de dedicación de ninguna clase. Pueden ser colaboradores o seguirán siendo sencillamente buenos amigos, que ayudarán gustosamente en nuestras tareas espirituales y humanas.

Es conmovedor comprobar que todos los chicos de San Rafael, aun los que no reciben la gracia de la vocación al Opus Dei, tienen un gran cariño a la Obra. Hay abundantes ejemplos –en estos años– de cómo han sabido noblemente defenderla, y serenar las aguas, que algunos habían enturbiado con la calumnia.

Han sentido como un deber de lealtad y de agradecimiento, por las atenciones maternales que el Opus Dei ha tenido con ellos, y han salido al paso de las falsedades: porque –también para ellos– el Opus Dei es muy suyo, y no han podido quedarse tranquilos, sin aclarar el ambiente.

Y continúa San Pablo: ut det vobis secundum divitias gloriae suae virtute corroborari per Spiritum eius in interiorem hominem; Christum habitare per fidem in cordibus vestris; in caritate radicati et fundati, ut possitis comprehendere cum omnibus sanctis quae sit latitudo, et longitudo, et sublimitas, et profundum26; para que, según las riquezas de su gloria, os conceda por medio de su Espíritu el ser fortalecidos en el hombre interior, y el que Cristo habite por la fe en vuestros corazones; y estando cimentados en la caridad, podáis comprender con todos los santos, cuál sea la anchura, y la longitud, y la altura y la profundidad de este misterio.

¡Esa es toda la grandeza de la vida que Dios nos pide: no podemos llevar una vida chata! Scire etiam supereminentem scientiae caritatem Christi, ut impleamini in omnem plenitudinem Dei27; y quiere que conozcamos aquel amor de Cristo hacia nosotros, que sobrepuja a todo conocimiento, para que seamos plenamente colmados de todos los bienes de Dios.

Notas
11

Mt 19,21.

Referencias a la Sagrada Escritura
Notas
12

Jn 1,36.

13

Ibid.

14

Jn 1,37.

15

Jn 1,38.

16

Jn 1,39.

17

Ibid.

18

Jn 1,38.

Referencias a la Sagrada Escritura
Notas
19

2 Co 2,15.

Referencias a la Sagrada Escritura
Notas
26

Ef 3,16-18.

27

Ef 3,19.

Referencias a la Sagrada Escritura