Lista de puntos

Hay 7 puntos en «Surco» cuya materia es Mortificación → mortificación corporal .

Chapoteas en las tentaciones, te pones en peligro, juegas con la vista y con la imaginación, charlas de… estupideces. —Y luego te asustas de que te asalten dudas, escrúpulos, confusiones, tristeza y desaliento.

—Has de concederme que eres poco consecuente.

¿Cómo vas a vivir la presencia de Dios, si no haces más que mirar a todas partes?… —Estás como borracho de futilidades.

“Me bullen en la cabeza los asuntos en los momentos más inoportunos…”, dices.

Por eso te he recomendado que trates de lograr unos tiempos de silencio interior…, y la guarda de los sentidos externos e internos.

Si hasta ahora, antes de encontrarle, querías correr en tu vida con los ojos abiertos, para enterarte de todo; desde este momento…, ¡a correr con la mirada limpia!, para ver con El lo que verdaderamente te interesa.

La santa pureza: ¡humildad de la carne! Señor —le pedías—, siete cerrojos para mi corazón. Y te aconsejé que le pidieses siete cerrojos para tu corazón y, también, ochenta años de gravedad para tu juventud…

Además, vigila…, porque antes se apaga una centella que un incendio; huye…, porque aquí es una vil cobardía ser “valiente”; no andes con los ojos desparramados…, porque eso no indica ánimo despierto, sino insidia de satanás.

Pero toda esta diligencia humana, con la mortificación, el cilicio, la disciplina y el ayuno, ¡qué poco valen sin Ti, Dios mío!

Decía un muchachote que acababa de entregarse más íntimamente a Dios: “ahora lo que me hace falta es hablar menos, visitar enfermos y dormir en el suelo”.

—Aplícate el cuento.

No lo debemos olvidar: en todas las actividades humanas, tiene que haber hombres y mujeres con la Cruz de Cristo en sus vidas y en sus obras, alzada, visible, reparadora; símbolo de la paz, de la alegría; símbolo de la Redención, de la unidad del género humano, del amor que Dios Padre, Dios Hijo y Dios Espíritu Santo, la Trinidad Beatísima ha tenido y sigue teniendo a la humanidad.