Lista de puntos

Hay 12 puntos en «Surco» cuya materia es Trabajo → aprovechamiento del tiempo.

¿Obstáculos?… —A veces, los hay. —Pero, en ocasiones, te los inventas por comodidad o por cobardía. —¡Con qué habilidad formula el diablo la apariencia de esos pretextos para no trabajar…!,

porque bien conoce que la pereza es la madre de todos los vicios.

Desarrollas una incansable actividad. Pero no te conduces con orden y, por tanto, careces de eficacia. —Me recuerdas lo que oí, en una ocasión, de labios muy autorizados. Quise alabar a un súbdito delante de su superior, y comenté: ¡cuánto trabaja! —Me dieron esta respuesta: diga usted mejor ¡cuánto se mueve!…

—Desarrollas una incansable actividad estéril… ¡Cuánto te mueves!

Para quitar importancia a la labor de otro, susurraste: no ha hecho más que cumplir con su deber.

Y yo añadí: —¿te parece poco?… Por cumplir nuestro deber nos da el Señor la felicidad del Cielo: «euge serve bone et fidelis… intra in gaudium Domini tui» —muy bien, siervo bueno y fiel, ¡entra en el gozo eterno!

El Señor tiene derecho —y cada uno de nosotros obligación— a que “en todo instante” le glorifiquemos. Luego, si desperdiciamos el tiempo, robamos gloria a Dios.

Te consta que la labor es urgente, y que un minuto concedido a la comodidad supone un tiempo sustraído a la gloria de Dios. —¿A qué esperas, pues, para aprovechar a conciencia todos los instantes?

Además, te aconsejo que consideres si esos minutos que te sobran, a lo largo de la jornada —¡bien sumados, resultan horas!—, no obedecen a tu desorden o a tu poltronería.

La tristeza y la intranquilidad son proporcionales al tiempo perdido. —Cuando sientas impaciencia santa por aprovechar todos los minutos, la alegría y la paz te colmarán, porque no pensarás en ti.

¿Preocupaciones?… —Yo no tengo preocupaciones —te dije—, porque tengo muchas ocupaciones.

Pasas por una etapa crítica: un cierto temor vago; dificultad en adaptar el plan de vida; un trabajo agobiador, porque no te alcanzan las veinticuatro horas del día, para cumplir con todas tus obligaciones…

—¿Has probado a seguir el consejo del Apóstol: “hágase todo con decoro y con orden”?, es decir, en la presencia de Dios, con El, por El y sólo para El.

Cuando distribuyas tu tiempo, has de pensar también en qué emplearás los espacios libres que se presenten a horas imprevistas.

Siempre he entendido el descanso como apartamiento de lo contingente diario, nunca como días de ocio.

Descanso significa represar: acopiar fuerzas, ideales, planes… En pocas palabras: cambiar de ocupación, para volver después —con nuevos bríos— al quehacer habitual.

Ahora, que tienes muchas cosas que hacer, han desaparecido todos “tus problemas”… —Sé sincero: como te has decidido a trabajar por El, ya no te queda tiempo para pensar en tus egoísmos.

No se trata de realizar tus obligaciones apresuradamente, sino de llevarlas a término sin pausa, al paso de Dios.

Referencias a la Sagrada Escritura