Lista de puntos

Hay 9 puntos en «Surco» cuya materia es Trabajo → virtudes en el trabajo.

El heroísmo del trabajo está en “acabar” cada tarea.

Insisto: en la sencillez de tu labor ordinaria, en los detalles monótonos de cada día, has de descubrir el secreto —para tantos escondido— de la grandeza y de la novedad: el Amor.

Aquel «stultorum infinitus est numerus» —es infinito el número de los necios—, que se lee en la Escritura, parece crecer cada día. —En los puestos más diversos, en las situaciones más inesperadas, encubiertos con la capa del prestigio que dan los cargos —y aun las “virtudes”—, ¡cuánto despiste y cuánta falta de sindéresis habrás de soportar!

Pero no me explico que pierdas el sentido sobrenatural de la vida, y permanezcas indiferente: muy baja es tu condición interior, si aguantas esas situaciones —¡y no tienes más remedio que aguantarlas!— por motivos humanos…

Si no les ayudas a descubrir el camino, con un trabajo responsable y bien acabado —¡santificado!—, te haces como ellos —necio—, o eres cómplice.

¿Obstáculos?… —A veces, los hay. —Pero, en ocasiones, te los inventas por comodidad o por cobardía. —¡Con qué habilidad formula el diablo la apariencia de esos pretextos para no trabajar…!,

porque bien conoce que la pereza es la madre de todos los vicios.

¿Preocupaciones?… —Yo no tengo preocupaciones —te dije—, porque tengo muchas ocupaciones.

Ahora, que tienes muchas cosas que hacer, han desaparecido todos “tus problemas”… —Sé sincero: como te has decidido a trabajar por El, ya no te queda tiempo para pensar en tus egoísmos.

Trabajar con alegría no equivale a trabajar “alegremente”, sin profundidad, como quitándose de encima un peso molesto…

—Procura que, por atolondramiento o por ligereza, no pierdan valor tus esfuerzos y, a fin de cuentas, te expongas a presentarte ante Dios con las manos vacías.

Te asustas ante las dificultades, y te retraes. ¿Sabes qué resumen puede trazarse de tu comportamiento?: ¡comodidad, comodidad y comodidad!

Habías dicho que estabas dispuesto a gastarte, y a gastarte sin limitaciones, y te me quedas en aprendiz de héroe. ¡Reacciona con madurez!

Después de conocer tantas vidas heroicas, vividas por Dios sin salirse de su sitio, he llegado a esta conclusión: para un católico, trabajar no es cumplir, ¡es amar!: excederse gustosamente, y siempre, en el deber y en el sacrificio.

Referencias a la Sagrada Escritura