Lista de puntos

Hay 7 puntos en «Camino» cuya materia es Perseverancia → esperanza.

Bien. ¿Y qué? —No entiendo cómo te puedes retraer de esa labor de almas —si no es por oculta soberbia: te crees perfecto—, porque el fuego de Dios que te atrajo, además de la luz y del calor que te entusiasman, dé a veces el humo de la flaqueza de los instrumentos.

¡Con qué humildad y con qué sencillez cuentan los evangelistas hechos que ponen de manifiesto la fe floja y vacilante de los Apóstoles!

—Para que tú y yo no perdamos la esperanza de llegar a tener la fe inconmovible y recia que luego tuvieron aquellos primeros.

En las horas de lucha y contradicción, cuando quizá «los buenos» llenen de obstáculos tu camino, alza tu corazón de apóstol: oye a Jesús que habla del grano de mostaza y de la levadura. —Y dile: «edissere nobis parabolam»—explícame la parábola.

Y sentirás el gozo de contemplar la victoria futura: aves del cielo, en el cobijo de tu apostolado, ahora incipiente; y toda la masa fermentada.

Sigue en el cumplimiento exacto de las obligaciones de ahora. —Ese trabajo —humilde, monótono, pequeño— es oración cuajada en obras que te disponen a recibir la gracia de la otra labor —grande, ancha y honda— con que sueñas.

Cuando quieres hacer las cosas bien, muy bien, resulta que las haces peor. —Humíllate delante de Jesús, diciéndole: ¿has visto cómo todo lo hago mal? —Pues, si no me ayudas mucho, ¡aún lo haré peor!

Ten compasión de tu niño: mira que quiero escribir cada día una gran plana en el libro de mi vida... Pero, ¡soy tan rudo!, que si el Maestro no me lleva la mano, en lugar de palotes esbeltos salen de mi pluma cosas retorcidas y borrones que no pueden enseñarse a nadie.

Desde ahora, Jesús, escribiremos siempre entre los dos.

Comenzar es de todos; perseverar, de santos.

Que tu perseverancia no sea consecuencia ciega del primer impulso, obra de la inercia: que sea una perseverancia reflexiva.

Discurres... bien, fríamente: ¡cuántos motivos para abandonar la tarea! —Y alguno, al parecer, capital.

Veo, sin duda, que tienes razones. —Pero no tienes razón.

Referencias a la Sagrada Escritura