Lista de puntos

Hay 9 puntos en «Forja» cuya materia es Apostolado → unidad del apostolado.

Algunos hacen sólo lo que está en las manos de unas pobres criaturas, y pierden el tiempo. Se repite a la letra la experiencia de Pedro: «Præceptor, per totam noctem laborantes nihil cepimus!» —Maestro, hemos trabajado toda la noche, y no hemos pescado nada.

Si trabajan por su cuenta, sin unidad con la Iglesia, sin la Iglesia, ¿qué eficacia tendrá ese apostolado?: ¡ninguna!

—Han de persuadirse de que, ¡por su cuenta!, nada podrán. Tú has de ayudarles a continuar escuchando el relato evangélico: «in verbo autem tuo laxabo rete» —fiado en tu palabra, lanzaré la red. Entonces la pesca será abundante y eficaz.

—¡Qué bonito es rectificar, cuando se ha hecho, por cualquier motivo, un apostolado por cuenta propia!

Tener espíritu católico implica que ha de pesar sobre nuestros hombros la preocupación por toda la Iglesia, no sólo de esta parcela concreta o de aquella otra; y exige que nuestra oración se extienda de norte a sur, de este a oeste, con generosa petición.

Entenderás así la exclamación —la jaculatoria— de aquel amigo, ante el desamor de tantos hacia nuestra Santa Madre: ¡me duele la Iglesia!

Pide a Dios que en la Iglesia Santa, nuestra Madre, los corazones de todos, como en la primitiva cristiandad, sean un mismo corazón, para que hasta el final de los siglos se cumplan de verdad las palabras de la Escritura: «multitudinis autem credentium erat cor unum et anima una» —la multitud de los fieles tenía un solo corazón y una sola alma.

—Te hablo muy seriamente: que por ti no se lesione esta unidad santa. ¡Llévalo a tu oración!

El vino a la tierra, porque «omnes homines vult salvos fieri» —para redimir a todo el mundo.

—Mientras trabajas codo a codo con tantas personas, acuérdate siempre de que ¡no hay alma que no interese a Cristo!

Pide por todo el mundo, por los hombres de todas las razas y de todas las lenguas, y de todas las creencias; por los hombres que tienen una idea vaga de la religión, y por los que no conocen la fe.

—Y este afán de almas, que es prueba fiel y clara de que amamos a Jesús, hará que Jesús venga.

Al oír hablar de labores de almas en tierras lejanas, ¡cómo les brillaban los ojos! Daba la impresión de que estaban dispuestos a saltar el océano de un brinco. Y es que el mundo es muy pequeño, cuando el Amor es grande.

Cuando el cristiano comprende y vive la catolicidad, cuando advierte la urgencia de anunciar la Buena Nueva de salvación a todas las criaturas, sabe que —como enseña el Apóstol— ha de hacerse "todo para todos, para salvarlos a todos".

A veces, se pierde el cincuenta por ciento de la actividad en luchas intestinas, que tienen por fundamento la ausencia de la caridad, y los cuentos y los chismes entre hermanos. De otra parte, un veinticinco por ciento de la actividad se pierde en levantar edificios innecesarios para el apostolado. No se ha de consentir jamás la murmuración y no se ha de perder el tiempo en edificar tantas casas, y así las personas serán apóstoles cien por cien.

Hijo: todos los mares de este mundo son nuestros, y allí donde la pesca es más difícil es también más necesaria.

Referencias a la Sagrada Escritura
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