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Hay 9 puntos en «Surco» cuya materia es Apostolado → unidad del apostolado.

La maravilla de la Pentecostés es la consagración de todos los caminos: nunca puede entenderse como monopolio ni como estimación de uno solo en detrimento de otros.

Pentecostés es indefinida variedad de lenguas, de métodos, de formas de encuentro con Dios: no uniformidad violenta.

“Era un guerrillero —escribe—, y me movía por el monte, disparando cuando me daba la real gana. Pero quise alistarme como soldado, porque comprendí que las guerras las ganan, más fácilmente, los ejércitos organizados y con disciplina. Un pobre guerrillero aislado no puede tomar ciudades enteras, ni ocupar el mundo. Colgué mi escopetón —¡resulta tan anticuado!—, y ahora estoy mejor armado. A la vez, sé que no puedo ya tumbarme en el monte, a la sombra de un árbol, y soñar que yo solito ganaré la guerra”.

—¡Bendita disciplina y bendita unidad de nuestra Madre la Iglesia Santa!

¿Por qué —preguntabas indignado— el ambiente y los medios de apostolado han de ser feos, sucios… y complejos? —Y añadías: ¡si cuesta lo mismo!

—A mí me pareció tu indignación muy razonable. Y pensé que Jesús se dirigía y atraía a todos: pobres y ricos, sabios e ignorantes, alegres y tristes, jóvenes y ancianos… ¡Qué amable y natural —sobrenatural— es su figura!

Por la Comunión de los Santos, has de sentirte muy unido a tus hermanos. ¡Defiende sin miedo esa bendita unidad!

—Si te encontraras solo, las nobles ambiciones tuyas estarían condenadas al fracaso: una oveja aislada es casi siempre una oveja perdida.

Los hombres —ha ocurrido siempre en la historia— coaligan sus vidas, para cumplir una misión y un destino colectivos.

—¿Valdrá menos, para los hombres y las mujeres de hoy, el “único destino” de la felicidad eterna?

Vivir la caridad significa respetar la mentalidad de los otros; llenarse de gozo por su camino hacia Dios…, sin empeñarse en que piensen como tú, en que se unan a ti.

—Se me ocurrió hacerte esta consideración: esos caminos, distintos, son paralelos; siguiendo el suyo propio, cada uno llegará a Dios…; no te pierdas en comparaciones, ni en deseos de conocer quién va más alto: eso no importa, lo que interesa es que todos alcancemos el fin.

La táctica del tirano es conseguir que riñan entre sí los que, unidos, podrían hacerle caer. —Vieja artimaña usada por el enemigo —por el diablo y por sus corifeos—, para desbaratar muchos planes apostólicos.

Esos…, que ven contrincantes donde sólo hay hermanos, niegan con sus obras su profesión de cristianos.

Acostúmbrate a hablar cordialmente de todo y de todos; en particular, de cuantos trabajan en el servicio de Dios.

Y cuando no sea posible, ¡calla!: también los comentarios bruscos o desenfadados pueden rayar en la murmuración o en la difamación.

Referencias a la Sagrada Escritura