Lista de puntos

Hay 6 puntos en «Cartas I» cuya materia es Unidad de vida.

Cuando, por boca de Jeremías, el Señor predice la futura liberación del pueblo hebreo que está en el exilio, y hace notar que, si antes les había sacado de Egipto, ahora sacará a sus siervos de terra Aquilonis et de cunctis terris22, pienso en que habrá muchas llamadas a la Obra de Dios, sin discriminación. El Señor los traerá de todas las clases sociales, de todos los talentos, de los que están arriba, de los que están abajo, y −como vuelve a decir Jeremías− de los que están en las entrañas de la tierra.

Oíd al profeta: yo voy a mandar muchos pescadores, palabra de Yavé, que los pescarán; y después muchos cazadores, que los cazarán por todos los montes, por todas las colinas, y por las cavernas de las rocas. Porque están a mi vista todos sus caminos23.

Somos instrumentos en las manos de Dios, qui omnes homines vult salvos fieri24, que quiere que se salven todos los hombres. Mis hijos, por la formación verdaderamente contemplativa de nuestro espíritu, han de sentir dentro de su alma la necesidad de buscar a Dios, de encontrarle y de tratarle siempre, admirándolo con amor en medio de las fatigas de su trabajo ordinario, que son cuidados terrenos, pero purificados y elevados al orden sobrenatural; y han de sentir igualmente la necesidad de convertir toda su vida en apostolado, que fluye del alma para traducirse en obras externas: caritas mea cum omnibus vobis in Christo Iesu25, mi cariño para todos vosotros en Cristo Jesús.

Unidad de vida. Rectitud de intención. Filiación divina

De lo que acabo de escribir, se deduce que es necesaria, para los hijos de Dios que Él ha llamado a su Obra, la unidad de vida. Una unidad de vida que tiene simultáneamente dos facetas: la interior, que nos hace contemplativos; y la apostólica, a través de nuestro trabajo profesional, que es visible y externa.

Os lo volveré a decir: nuestra vida es trabajar y rezar, y al revés, rezar y trabajar. Porque llega el momento en el que no se saben distinguir estos dos conceptos, esas dos palabras, contemplación y acción, que terminan por significar lo mismo en la mente y en la conciencia.

Mirad lo que dice Santo Tomás: cuando de dos cosas una es la razón de la otra, la ocupación del alma en una no impide ni disminuye la ocupación en la otra… Y como Dios es aprehendido por los santos como la razón de todo cuanto hacen o conocen, su ocupación en percibir las cosas sensibles, o en contemplar o hacer cualquier otra cosa, en nada les impide la divina contemplación, ni viceversa26.

Para no perder esta unidad de vida, pongamos al Señor como fin de todos nuestros trabajos, que hemos de hacer non quasi hominibus placentes, sed Deo qui probat corda nostra27; no para agradar a los hombres, sino a Dios que sondea nuestros corazones. Además hemos de buscar la presencia de Dios: quaerite Dominum et confirmamini, quaerite faciem eius semper28; buscad al Señor y haceos fuertes, buscad siempre su rostro.

Levantad el corazón a Dios, cuando llegue el momento duro de la jornada, cuando quiera meterse en nuestra alma la tristeza, cuando sintamos el peso de este laborar de la vida, diciendo miserere mei Domine, quoniam ad te clamavi tota die: laetifica animam servi tui, quoniam ad te Domine animam meam levavi29; Señor, ten misericordia de mí, porque te he invocado todo el día: alegra a tu siervo, porque a ti, Señor, he levantado mi alma.

El ejemplo no se da sólo con buenas palabras, sino con las obras. Los que pretenden hacerlo de otro modo, merecen oír y han de meditar este pasaje de la Escritura: entonces Jesús habló al pueblo y a sus discípulos y les dijo: en la cátedra de Moisés se han sentado los escribas y los fariseos; practicad, pues, y haced todo lo que os dijeren; pero no los imitéis en las obras, porque ellos dicen lo que se debe hacer y no lo hacen. Atan pesadas cargas y las ponen sobre los hombros de los otros, pero ellos ni con un dedo tratan de moverlas49.

Palabras y obras, fe y conducta, en unidad de vida, hemos dicho ya en otra ocasión. Obrar de otra manera, hacer las cosas por vanidad, para dejarse ver, con espectáculo, ha merecido estas palabras, que salieron de la boca de Cristo: omnia vero opera sua faciunt ut videantur ab hominibus50, hacen todas las cosas para ser vistos por los hombres.

¿De qué servirá?, pregunta Santiago en su epístola católica, ¿de qué servirá, hermanos míos, el que uno diga tener fe, si no tiene obras?; ¿por ventura a éste esa clase de fe podrá salvarle? Y añade: como un cuerpo sin espíritu está muerto, así también la fe sin las obras está muerta51.

Es mejor ser cristiano sin decirlo, que decirlo sin serlo. Es una cosa óptima enseñar, pero a condición de que se practique lo que se enseña. Nosotros tenemos un solo Maestro, aquél que habló y todas las cosas fueron hechas; las mismas obras que Él ha realizado en silencio son dignas del Padre. El que comprende verdaderamente la palabra de Jesús, puede entender su mismo silencio; y entonces será perfecto, porque obrará en conformidad con su palabra y se manifestará mediante su silencio52.

Obligación de dar ejemplo. Obligación de dar doctrina

Estáis obligados a dar ejemplo, hijos míos, en todos los terrenos, también como ciudadanos. Debéis poner empeño en cumplir vuestros deberes y en ejercitar vuestros derechos. Por eso, al desarrollar la actividad apostólica, observamos como ciudadanos católicos las leyes civiles con el mayor respeto y acatamiento, y dentro del ámbito de esas leyes nos esforzamos siempre por trabajar.

Con la llamada divina y la formación específica, hemos de ser sal de la tierra y luz del mundo53, porque estamos obligados a dar ejemplo con una santa desvergüenza: vir quidem non debet velare caput suum quoniam imago et gloria Dei est54. Imagen de Dios somos: por lo tanto, brille así vuestra luz ante los hombres, de manera que vean vuestras buenas obras y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos55. Pero no hemos de hacer alarde, no hemos de ser como esos vendedores de chucherías que llevan toda su mercancía al descubierto, para atraer, sino que hemos de obrar con naturalidad: si lo ven, que lo vean.

Nosotros, hijas e hijos míos, hemos de hacer lo mismo, porque nos empuja esa misma caridad de Cristo: caritas Christi urget nos6. Con la luz siempre nueva de la caridad, con un generoso amor a Dios y al prójimo, renovaremos, a la vista del ejemplo que nos dio el Maestro, nuestras ansias de comprender, de disculpar, de no sentirnos enemigos de nadie.

Nuestra actitud −ante las almas− se resume así, en esa expresión del Apóstol, que es casi un grito: caritas mea cum omnibus vobis in Christo Iesu!7: mi cariño para todos vosotros, en Cristo Jesús. Con la caridad, seréis sembradores de paz y de alegría en el mundo, amando y defendiendo la libertad personal de las almas, la libertad que Cristo respeta y nos ganó8.

La Obra de Dios ha nacido para extender por todo el mundo el mensaje de amor y de paz, que el Señor nos ha legado; para invitar a todos los hombres al respeto de los derechos de la persona. Así quiero que mis hijos se formen, y así sois.

A vuestra unidad de vida, debe corresponder una magnanimidad espontánea, renovada cada día, que ha de estar patente y se ha de manifestar en todas las cosas, de manera que −como fieles soldados de Cristo Jesús en el mundo− sepáis ofreceros en holocausto, diciendo de veras: con plena sinceridad, con alegría, me he entregado, Señor, con todo lo que tengo9.

Notas
22

Jr 23,8; «de terra Aquilonis et de cunctis terris»: «de tierras del norte y de todas las tierras» (T. del E.).

23

Jr 16,16-17.

24

1 Tm 2,4.

25

1 Co 16,24.

Referencias a la Sagrada Escritura
Notas
26

S.Th., Suppl., q. 82, a. 3 ad 4.

Notas
27

1 Ts 2,4.

28

Sal 105[104],4.

29

Sal 86[85],3-4.

Referencias a la Sagrada Escritura
Notas
49

Mt 23,1-4.

50

Mt 23,5.

51

St 2,14.26.

52

S. Ignacio de Antioquía, Epistula ad Ephesios, c. 15, 1-2 (SC 10, p. 71).

Referencias a la Sagrada Escritura
Notas
53

Cfr. Mt 5,13-14.

54

1 Co 11,7; «vir quidem non debet ... imago et gloria Dei est»: «el hombre, en efecto, no debe cubrirse la cabeza, puesto que es imagen y gloria de Dios» (T. del E.).

55

Mt 5,16.

Referencias a la Sagrada Escritura
Notas
6

Cfr. 2 Co 5,14.

7

1 Co 16,24.

8

Ga 4,31.

9

1 Cro 29,17.

Referencias a la Sagrada Escritura