Lista de puntos

Hay 7 puntos en «Camino» cuya materia es Apóstol → afán da almas, celo apostólico .

Tú no serás caudillo si en la masa sólo ves el escabel para alcanzar altura. —Tú serás caudillo si tienes ambición de salvar todas las almas.

No puedes vivir de espaldas a la muchedumbre: es menester que tengas ansias de hacerla feliz.

Misionero. —Sueñas con ser misionero. Tienes vibraciones a lo Xavier: y quieres conquistar para Cristo un imperio. —¿El Japón, China, la India, Rusia..., los pueblos fríos del norte de Europa, o América, o África, o Australia?

—Fomenta esos incendios en tu corazón, esas hambres de almas. Pero no me olvides que eres más misionero «obedeciendo». Lejos geográficamente de esos campos de apostolado, trabajas «aquí» y «allí»: ¿no sientes —¡como Xavier!— el brazo cansado después de administrar a tantos el bautismo?

Pequeño amor es el tuyo si no sientes el celo por la salvación de todas las almas. —Pobre amor es el tuyo si no tienes ansias de pegar tu locura a otros apóstoles.

Ayúdame a clamar: ¡Jesús, almas!... ¡Almas de apóstol!: son para ti, para tu gloria.

Verás como acaba por escucharnos.

Dile, a... ese, que necesito cincuenta hombres que amen a Jesucristo sobre todas las cosas.

Ese afán de proselitismo que te come las entrañas es señal cierta de tu entregamiento.

El celo es una chifladura divina de apóstol, que te deseo, y tiene estos síntomas: hambre de tratar al Maestro; preocupación constante por las almas; perseverancia, que nada hace desfallecer.