Lista de puntos

Hay 10 puntos en «Surco» cuya materia es Vida interior  → necesidad.

Con Dios, pensaba, cada día me parece más atractivo. Voy viviendo a “cachitos”. Un día considero magnífico un detalle; otro, descubro un panorama que antes no había advertido… A este paso, no sé lo que ocurrirá con el tiempo.

Luego, he notado que El me aseguraba: pues cada día será mayor tu contento, porque ahondarás más y más en la aventura divina, en el “lío” tan grande en que te he metido. Y comprobarás que Yo no te dejo.

Te encuentras en una actitud que te parece bastante rara: por una parte, achicado, al mirar para adentro; y, por otra, seguro, animado, al mirar para arriba.

—No te preocupes: es señal de que te vas conociendo mejor y, ¡esto sí que importa!, de que le vas conociendo mejor a El.

Si se abandona la oración, primero se vive de las reservas espirituales…, y después, de la trampa.

Te falta vida interior: porque no llevas a la oración las preocupaciones de los tuyos y el proselitismo; porque no te esfuerzas en ver claro, en sacar propósitos concretos y en cumplirlos; porque no tienes visión sobrenatural en el estudio, en el trabajo, en tus conversaciones, en tu trato con los demás…

—¿Qué tal andas de presencia de Dios, consecuencia y manifestación de tu oración?

Hasta ahora no habías comprendido el mensaje que los cristianos traemos a los demás hombres: la escondida maravilla de la vida interior.

¡Qué mundo nuevo les estás poniendo delante!

Aunque afirmas que le sigues, de una manera o de otra pretendes siempre obrar “tú”, según “tus” planes, y con “tus” solas fuerzas. —Pero el Señor ha dicho: «sine me nihil!» —sin Mí, nada puedes hacer.

¿Has visto cómo se represan las aguas en los embalses, para los tiempos de sequía?… Del mismo modo, para lograr esa igualdad de carácter que necesitas en el tiempo de dificultad, has de represar la alegría, las razones claras y las luces que el Señor te manda.

Al extinguirse las llamaradas del primer entusiasmo, el avance a oscuras se torna penoso. —Pero ese progreso, que cuesta, es el más firme. Y luego, cuando menos lo esperes, cesará la oscuridad y volverán el entusiasmo y el fuego. ¡Persevera!

Todavía no quieres al Señor como el avaro sus riquezas, como una madre a su hijo…, ¡todavía te preocupas demasiado de ti mismo y de pequeñeces tuyas! Sin embargo, notas que Jesús ya se ha hecho indispensable en tu vida…

—Pues, en cuanto correspondas por completo a su llamada, te será también indispensable en cada uno de tus actos.

Cuando te decidas a ser mortificado, mejorará tu vida interior y serás mucho más fecundo.

Referencias a la Sagrada Escritura