Lista de puntos

Hay 12 puntos en «Surco» cuya materia es Vida interior  → trato con Jesucristo.

El único medio para conocer a Jesús: ¡tratarlo! En El, encontrarás siempre un Padre, un Amigo, un Consejero y un Colaborador para todas las actividades nobles de tu vida cotidiana… —Y, con el trato, se engendrará el Amor.

Si eres tenaz para asistir a diario a unas clases, sólo porque allí adquieres unos conocimientos… muy limitados, ¿cómo no tienes constancia para frecuentar al Maestro, siempre deseoso de enseñarte la ciencia de la vida interior, de sabor y contenido eternos?

¿Qué vale el hombre o el galardón más grande de la tierra, comparado con Jesucristo, que está siempre esperándote?

Un rato de meditación diaria —unión de amistad con Dios— es cosa propia de personas que saben aprovechar rectamente su vida; de cristianos conscientes, que obran en consecuencia.

Los enamorados no saben decirse adiós: se acompañan siempre.

—Tú y yo, ¿amamos así al Señor?

¿No has visto cómo, para agradar y bien parecer, se arreglan los que se aman?… —Pues así has de arreglar y componer tu alma.

La gracia actúa, de ordinario, como la naturaleza: por grados. —No podemos propiamente adelantarnos a la acción de la gracia: pero, en lo que de nosotros depende, hemos de preparar el terreno y cooperar, cuando Dios nos la concede.

Es menester lograr que las almas apunten muy alto: empujarlas hacia el ideal de Cristo; llevarlas hasta las últimas consecuencias, sin atenuantes ni paliativos de ningún género, sin olvidar que la santidad no es primordialmente obra de brazos. La gracia, normalmente, sigue sus horas, y no gusta de violencias.

Fomenta tus santas impaciencias…, pero no me pierdas la paciencia.

Corresponder a la gracia divina —preguntas—, ¿es de justicia…?, ¿de generosidad…?

—¡De Amor!

“Me bullen en la cabeza los asuntos en los momentos más inoportunos…”, dices.

Por eso te he recomendado que trates de lograr unos tiempos de silencio interior…, y la guarda de los sentidos externos e internos.

“Quédate con nosotros, porque ha oscurecido…” Fue eficaz la oración de Cleofás y su compañero.

—¡Qué pena, si tú y yo no supiéramos “detener” a Jesús que pasa!, ¡qué dolor, si no le pedimos que se quede!

Esos minutos diarios de lectura del Nuevo Testamento, que te aconsejé —metiéndote y participando en el contenido de cada escena, como un protagonista más—, son para que encarnes, para que “cumplas” el Evangelio en tu vida…, y para “hacerlo cumplir”.

Antes te “divertías” mucho… —Pero ahora que llevas a Cristo en ti, se ha llenado tu vida entera de sincera y comunicativa alegría. Por eso atraes a otros.

—Trátale más, para llegar a todos.

Referencias a la Sagrada Escritura