17

Pienso sinceramente que, si alguien es acusado, es a él a quien se debe preguntar en primer lugar, porque es quien conoce la teoría y la práctica de lo que hace, y podrá aclarar los puntos que se le digan. A veces, sin embargo, da la impresión de que se confunde la equivocación con el equivocado, y no falta quien piense que lo que verdaderamente interesa a alguno es condenar al que se equivocó, sin tratar de corregir el error: entre otras cosas, porque el error no existe.

Hasta los fariseos –et qui missi fuerant erant ex pharisaeis16– se comportaron de manera más noble, preguntando directamente al Bautista: tu, quis es?17, ¿tú quién eres? Y eso que una vez Juan, videns autem multos pharisaeorum18, viendo un grupo de fariseos, les apostrofó llamándoles raza de víboras19.

Notas
16

Jn 1,24.

17

Jn 1,19.

18

Mt 3,7.

19

Ibid.

Referencias a la Sagrada Escritura
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