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Ejemplo de los primeros cristianos
Basten esos pocos ejemplos, para que nunca se nos olvide cómo y con qué espíritu hemos de realizar nuestra labor de almas. Nuestra mayor ambición ha de ser la de vivir como vivió Cristo Señor Nuestro; como vivieron también los primeros fieles, sin que haya división por motivos de sangre, de nación, de lengua o de opinión.
Hemos de enseñar además a todos los católicos, a todos los hombres, ese mandato nuevo que antes os recordaba. Me parece oír gritar a San Pablo, cuando dice a los de Corinto: divisus est Christus? Numquid Paulus crucifixus est pro vobis? aut in nomine Pauli baptizati estis?41; ¿acaso Cristo está dividido?; ¿por ventura Pablo ha sido crucificado por vosotros, o habéis sido bautizados en su nombre, para que vayáis diciendo: yo soy de Pablo, yo de Apolo, yo de Cefas, o yo de Cristo?42.
Ser todos hijos de Dios, haber sido todos redimidos por Jesucristo es la razón más profunda de la unidad entre los hombres, y no hacen falta otros títulos. Al oro, a la plata limpia no se les ponen apodos: cuando la plata es plata, y el oro es oro, se les llama así, sin más. Si se les coloca detrás un calificativo −un apellido, a veces−, no es buen metal: es una imitación de poco precio.
Documento imprimido desde https://escriva.org/es/cartas-1/198/ (02/05/2024)