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Serán maravillosos los frutos humanos y sobrenaturales que nacerán de esa conducta vuestra. La Obra de Dios es un gran instrumento para hacer feliz a la humanidad, si somos fieles: y seremos fieles porque fiel es Dios, que nos fortalecerá y nos defenderá del mal espíritu53.

Veo a la Obra proyectada en los siglos, siempre joven, garbosa, guapa y fecunda, defendiendo la paz de Cristo, para que todo el mundo la posea. Contribuiremos a que en la sociedad se reconozcan los derechos de la persona humana, de la familia, de la Iglesia. Nuestra labor hará que disminuyan los odios fratricidas y las suspicacias entre los pueblos, y mis hijas y mis hijos −fortes in fide54, firmes en la fe− sabrán ungir todas las heridas con la Caridad de Cristo, que es bálsamo suavísimo.

¿No os da alegría que el Señor haya querido para nuestra empresa sobrenatural ese espíritu, que palpita en el Evangelio, pero que tan olvidado parece estar en el mundo? Agradecédselo a Jesús, agradecédselo a Santa María; y renovad vuestras ansias de corredención y de apostolado. ¡Qué gran labor nos espera! Porque, el que comenzó en nosotros la Obra, la llevará a término55.

Que el Señor me guarde a esos hijos.

Madrid, 16 de julio de 1933.

Notas
53

2 Ts 3,3.

54

1 P 5,9.

55

Cfr. Flp 1,6.

Referencias a la Sagrada Escritura
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