53

No temáis, sin embargo, que la Iglesia pisotee esa característica de nuestro espíritu. Os consta cómo generalmente nos entienden y nos quieren los Ordinarios de las diócesis en las que trabajamos; y –sea la que fuere la forma jurídica que, con el tiempo, tome la Obra– la Iglesia, que es nuestra Madre, respetará el modo de ser de sus hijos, porque sabe que con eso solo pretendemos servirla y agradar a Dios.

Esta es la razón por la que no admitimos, sobre la Iglesia, ni una duda ni una sospecha: ni la toleramos, en otros, sin protesta. No buscamos a la Iglesia los lados vulnerables –por la acción de los hombres en Ella– para la crítica, como suelen hacer algunos que no parecen tener fe ni amor. No concibo que se pueda amar a la madre, y que se hable de esa madre con despego.

Y nunca estaremos bastante satisfechos de nuestro trabajo, por muchos que sean los servicios que, con la gracia de Dios, hagamos a la Iglesia y al Papa, porque el amor nos exigirá más cada día, y nuestros trabajos siempre nos parecerán modestos, porque el tiempo, del que disponemos, es breve: tempus breve est34.

Notas
34

1 Co 7,29.

Referencias a la Sagrada Escritura
Este punto en otro idioma