19

En qué momento se incorpora a un chico a la obra de San Rafael

No es necesario esperar a tener una amistad íntima, para tratar de incorporar a un chico o a una chica a la labor de San Rafael. Pero sí será indispensable que sea amigo vuestro –porque sois de la misma ciudad y os habéis tratado allí, porque sois parientes, porque tenéis estudios comunes, o simplemente porque otro amigo os lo ha presentado–, para que sobre esa relación inicial se entable entre vosotros un cambio de ideas, que sirva de base para exponerle lo que pretendemos.

Sería necio que, sin más ni más, a uno que hemos tratado por primera vez, le hablemos de una Residencia o de otra obra corporativa, de unas clases de formación del Opus Dei, etc., puesto que lo más probable será que no nos entienda.

Y si han llegado a sus oídos falsas noticias sobre la Obra –ésas que suele hacer rodar la gente mal intencionada o ignorante–, puede ser que crea que queremos pescarle, y dé la espantada. Será más difícil, en la mayoría de los casos, que a un amigo, que está en esas condiciones y con el que hayamos hablado así, podamos recuperarlo y hacer nada positivo con él: si no nos da un no rotundo o no elude el contacto con nosotros desde el primer momento, por cortesía o por falta de personalidad, nos estará engañando, nos engañaremos a nosotros mismos y perderemos el tiempo.

Este punto en otro idioma