66

Dificultades en la labor de San Rafael

He dejado para el final, intencionadamente, hablar de las dificultades –aparte de las económicas– que no os faltarán en esta tarea maravillosa. Hasta los buenos se opondrán a vuestro trabajo: discipuli autem increpabant eos38; cuando los niños se acercaban a Cristo Jesús, los discípulos hacían lo posible para que no fueran; se tuvo que imponer el Señor diciendo: sinite parvulos et nolite eos prohibere ad me venire39, dejadlos que vengan.

Algunos os pondrán desde el principio una etiqueta, la que se les ocurra: así aprenderéis vosotros a no poner una etiqueta a nadie. Las etiquetas se cambian porque, al pasar el tiempo, lo que parecía que no tiene valor, acaba siendo un tesoro. Y quizá os suceda –en más de una ocasión– lo mismo que me sucedió a mí, cuando solo tenía juventud y buen humor: rezaba y, no me da vergüenza, lloraba.

Pero las contradicciones, soportadas por amor de Dios, traen siempre fecundidad: quando orabas cum lacrimis… ego obtuli orationem tuam Domino40; cuando orabas con lágrimas, yo –dice el Arcángel a Tobías– presentaba al Señor tu oración. Entonces se hace más realidad el sentido sobrenatural de nuestra entrega, porque se experimenta –en la carne y en el alma– aquella oblación que hemos hecho de nuestras vidas al Señor, que sube a Él in odorem suavitatis41.

Notas
38

Mt 19,13.

39

Mt 19,14.

40

Tb 12,12.

41

Ef 5,2.

Referencias a la Sagrada Escritura
Este punto en otro idioma