36

A los Cursos Profesionales los chicos vienen a aprender, a adquirir criterio. No se trata de fomentar inquietudes enfermizas, de dar pábulo al gusto –tan extendido– de problematizarlo todo, o de arriesgarse en aventuras ideológicas; sino de darles doctrina sólida, profunda y segura, vibración apostólica y más vida interior. Se ha de evitar, pues, tanto la dialéctica vana como el simplismo de una lección rutinaria.

Hablarles de problemas propios de especialistas en teología, es ordinariamente desorientarles, perder el tiempo, ponerles en peligro –a veces– de perder también la fe, porque no tienen preparación filosófica y teológica suficiente para meterse en esas honduras.

Siempre hemos puesto especial interés en la recta formación doctrinal de nuestra gente de San Rafael. Desde que se acercan a nosotros, procuramos orientar sus lecturas, aconsejarles obras de buen criterio, desaconsejarles otras, razonarles –breve, pero claramente– el porqué de los derechos de la Iglesia en esta materia.

Notas

“orientar sus lecturas”: ver glosario (N. del E.).

Este punto en otro idioma