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Fe en la misericordia de Dios
Una sola palabra del Señor, y la higuera sin fruto se quedó seca hasta las raíces. Se asombran los discípulos, y Jesús les dice: tened confianza en Dios. En verdad os digo, que cualquiera que dijere a este monte: quítate de ahí y échate al mar, no vacilando en su corazón, sino creyendo que cuanto dijere se ha de hacer, así se hará. Por tanto, os aseguro que todo cuanto pidiereis en la oración, tened fe en conseguirlo, y se os concederá112.
La fe será la fuente inagotable de nuestra fecundidad apostólica: del seno de aquél que cree en mí, manarán, como dice la Escritura, ríos de agua viva113. Pero ha de ser −la nuestra− una fe llena de leal fidelidad al Magisterio del Romano Pontífice.
Documento imprimido desde https://escriva.org/es/cartas-1/75/ (02/05/2024)