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Creced en la fe, ante los obstáculos propios o ajenos. Mirad cómo se comporta el centurión, según lo narra San Lucas: estando ya cerca de la casa, el centurión le envió a decir por medio de sus amigos: Señor, no te tomes esta molestia, que no merezco yo que tú entres en mi casa. Por esa razón, tampoco me consideré digno de salir en persona a buscarte; pero di tan sólo una palabra, y sanará mi criado116.

Las dificultades, las contrariedades desaparecen, en cuanto nos acercamos a Dios en la oración. Vayamos a hablar humilde y francamente con Jesús, teniendo en cuenta que el que trata con sencillez, va confiado117, y enseguida se hará la luz, vendrán la paz y la serenidad y la alegría. Y nos sentiremos felices, aun cuando se note todavía el barro en las alas. Después, mortificación, penitencia, y caerá ese barro; y volaremos como las águilas en la altura de la fe y de las obras.

Como aquel hombre, del que nos habla el Eclesiástico, hemos de madrugar por la mañana, para dirigir nuestro corazón al Señor que nos creó, para orar en presencia del Altísimo. Abriremos nuestra boca en oración y rogaremos por nuestros pecados; y si le place al Señor soberano, nos llenará de espíritu de inteligencia. Como lluvia, el Señor derramará palabras de sabiduría y en la oración alabaremos al Señor. Dirijamos nuestra voluntad y nuestra inteligencia a meditar los misterios de Dios. Publiquemos las enseñanzas de su doctrina118.

La oración nos dará el endiosamiento bueno, humilde, santo; y podremos trabajar en todos los ambientes, sin peligro alguno. Da, quaesumus, omnipotens Deus: ut, quae divina sunt, iugiter exsequentes, donis mereamur caelestibus propinquare119: por ese seguimiento continuado, perseverante, de lo divino, el Señor nos dará a manos llenas la riqueza de sus dones, la divinización buena. Da nobis, quaesumus, Domine: perseverantem in tua voluntate famulatum; ut in diebus nostris, et merito et numero populus tibi serviens augeatur120. Perseveremos en el servicio de Dios, y veremos cómo crece en número y en santidad este ejército de paz, este pueblo de corredención.

Notas
116

Lc 7,6-7.

117

Pr 10,9.

118

Si 39,6-11.

119

Missale Romanum (de S. Pio V), Feriae III post Dominicam I Passionis, Postcommunio; «Da, quaesumus ... caelestibus propinquare»: «Otórganos, Dios todopoderoso, que cumpliendo siempre los divinos mandatos, merezcamos alcanzar los dones celestiales» (T. del E.).

120

Missale Romanum (de S. Pio V), Feriae III post Dominicam I Passionis, Oratio super populum; «Da nobis, quaesumus, Domine ... serviens augeatur»: «Suplicamos, Señor, nos concedas el servirte constantemente según tu voluntad; para que en nuestros días el pueblo fiel aumente en mérito y en número» (T. del E.).

Referencias a la Sagrada Escritura
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