58
Unidos al Señor
Solos, no podemos nada de provecho, porque habremos cortado el camino de las relaciones con Dios: sine me nihil potestis facere126; sin mí no podéis hacer nada. Pero unidos al Señor, lo podemos todo: omnia possum in eo qui me confortat127; todo lo podremos en aquel que nos confortará, aunque tengamos equivocaciones y errores, si luchamos para no tenerlos.
Soñaba una vez un conocido mío −nunca le acabo de conocer− que andaba en un avión a mucha altura, pero no dentro, sino sobre las alas: y padecía terriblemente. Nuestro Señor le daba a entender que así van por las alturas del apostolado las almas que no tienen vida interior, con el peligro constante de venirse abajo, sufriendo, inseguras.
Documento imprimido desde https://escriva.org/es/cartas-1/81/ (01/05/2024)