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Dar siempre vida nueva a estos medios de formación

Se ha desfigurado tanto y se ha hecho tanta sátira de ciertas manifestaciones exteriores de la caridad benéfica, que a algunos les parecen arcaísmos determinadas obras propias del espíritu cristiano. Por eso quiero que entendáis bien –y que hagáis entender– el hondo significado sobrenatural y humano de estos medios, tal como los hemos vivido desde el principio.

Son una obra de misericordia, bendecida por Jesucristo: la visita al enfermo, el consuelo al afligido. No es justo que manifestaciones del auténtico espíritu cristiano queden arrinconadas, porque algunos las han convertido en gesto ostentoso y frívolo, o en sedante para sus remordimientos de conciencia.

No dejéis perecer, por rutina o por pereza, la eficacia divina de estos medios tan cristianos. Dadles siempre vigor nuevo, haciendo comprender que no se trata de un gesto pasado de moda, sino de un acto valioso y entrañable, que debe llevar a conclusiones operativas. Enseñad, pues, el gran valor sobrenatural de esos actos pequeños, que ayudan a ganar el cielo y dan la felicidad en la tierra.

Notas

“Deteriores”: de calidad inferior, es decir, las obras de caridad peor realizadas (N. del E.).

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