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Edificar sobre cimientos de humildad

Para hacer los cimientos de un edificio, a veces hay que ahondar mucho, llegar a una gran profundidad, hacer grandes soportes de hierro y hundirlos hasta que se apoyen sobre roca. Pero no hay necesidad de eso si se encuentra enseguida terreno firme. Para nosotros la roca es ésta: piedad, filiación divina, abandono en las manos de Dios, sinceridad y tener la cabeza en la constante realidad de la vida ordinaria: te amo Señor, fortaleza mía. El Señor es mi roca, mi refugio y mi libertador13.

Es el mismo Jesús Señor Nuestro el que nos dice: cualquiera que escucha mi doctrina y la pone por obra, será semejante a un hombre cuerdo, que fundó su casa sobre piedra; y cayeron las lluvias, y los ríos salieron de madre, y soplaron los vientos y dieron con ímpetu contra esa casa, que no fue destruida, porque estaba fundada sobre piedra. Pero el que oye mi doctrina y no la practica, será semejante a un hombre loco que fabricó su casa sobre arena; y cayeron las lluvias, y los ríos salieron de madre, y soplaron los vientos y dieron con ímpetu contra aquella casa, que se desplomó y su ruina fue grande14.

Notas
13

Sal 18[17],2-3.

14

Mt 7,24-27.

Referencias a la Sagrada Escritura
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