19

No podemos abandonar nuestra vida de piedad, nuestra vida de sacrificio, nuestra vida de amor. Hacer la comedia delante de Dios, por amor, por agradar a Dios, cuando se vive a contrapelo, es ser juglar de Dios. Es hermoso −no lo dudes− hacer comedia por Amor, con sacrificio, sin ninguna satisfacción personal, por dar gusto al Señor, que juega con nosotros. Vivir de amor, sin andar mendigando compensaciones terrenas, sin buscar pequeñas infidelidades miserables, sentirse orgulloso y bien pagado sólo con eso: convertir la prosa ordinaria en endecasílabos de poema heroico.

Obras son amores. Quien ha recibido mis mandamientos y los observa, ése es el que me ama; y el que me ama, será amado de mi Padre y yo le amaré, y yo mismo me manifestaré a él44. Si el Señor nos da a veces la gracia suya y nos hace comprender sus juicios incomprensibles45, que son más dulces que la miel y el panal46, de ordinario no sucede así; hay que cumplir con el deber, no porque nos guste, sino porque tenemos obligación. No hemos de trabajar porque tengamos ganas, sino porque Dios lo quiere: y entonces habremos de trabajar con buena voluntad. El amor gustoso, que hace feliz al alma, está fundamentado en el dolor, en la alegría de ir contra nuestras inclinaciones, por hacer un servicio al Señor y a su Santa Iglesia.

Notas
44

Jn 14,21.

45

Rm 11,33.

46

Cfr. Sal 19[18],11.

Referencias a la Sagrada Escritura
Este punto en otro idioma