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Amor, fuente de luz
Cuando viváis toda esa doctrina, a veces no os bastará hablar, tendréis necesidad de cantar por amor, como esos jóvenes que van de ronda; pero vosotros haréis coplas de amor humano a lo divino, y os sentiréis como aquellas criaturas de las que habla Ezequiel, para representar a los evangelistas del Señor: ibant et revertebantur in similitudinem fulguris coruscantis72; andaréis por el mundo, dando luz, como hachones encendidos que chispean fuego.
El Espíritu Santo hace que nuestra Madre, la Iglesia de Jesucristo, realidad viva y siempre actual –moderna y antigua–, halle continuamente en la fidelidad al depósito rico y bien guardado que le ha sido confiado, las energías necesarias para renovar su juventud y para encontrar el modo de transmitir, según los tiempos –adaptándose al lenguaje de los hombres, comprendiendo su mentalidad– el mensaje cristiano a todas las almas: nova et vetera, dilecte mi, servavi tibi73; he guardado para ti, queridísimo, lo nuevo y lo añejo, se lee en el Cantar de los Cantares.
Y en el Evangelio, está escrito que omnis scriba doctus in regno caelorum similis est homini patrifamilias, qui profert de thesauro suo nova et vetera74; todo hombre docto en la ciencia de Dios es semejante al padre de familia, que va sacando de su tesoro cosas nuevas y cosas antiguas.
Documento imprimido desde https://escriva.org/es/cartas-2/61/ (01/05/2024)