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Fomentar la paz y la unidad
El apostolado de la Obra –precisamente porque está empapado de una real fraternidad– ha de tender a crear a nuestro alrededor, al fomentar la comprensión recíproca, un ambiente de paz y de serena convivencia, que remueva los posibles obstáculos –¡cuántos todavía!– que se opongan a la unidad de los hombres entre sí y con el Señor.
Por tanto, es ajeno al espíritu de la Obra todo lo que signifique una limitación, un empequeñecimiento pueblerino o egoísta de la visión cristiana del mundo, de los hombres y de las cosas. Hacemos nuestra la enseñanza de San Pablo a los de Corinto, refiriéndose a la unidad de la Iglesia, figura de la unidad de todo el género humano: somos bautizados en un mismo espíritu para componer un solo cuerpo, ya seamos judíos, ya gentiles, ya esclavos, ya libres, y todos hemos bebido un mismo Espíritu93.
Documento imprimido desde https://escriva.org/es/cartas-2/93/ (30/04/2024)