51

Coepit Iesus facere et docere87, comenzó Jesús a hacer y a enseñar: hay que enseñar, hijos míos, con el ejemplo. La gente creerá en vuestra doctrina, cuando vea vuestras buenas obras88, vuestro modo de obrar. El buen ejemplo arrastra siempre. Pero, para que sea eficaz, tiene que ser consecuencia de la sencillez y de la naturalidad con que los socios de la Obra saben vivir lo que enseñan.

Es afirmación dada por cristianos corrientes, en el ejercicio recto y responsable de su profesión u oficio, en el cumplimiento fiel de todos sus deberes cívicos, en la práctica –que es también deber– de todos sus derechos, en el modo de afrontar y resolver los diarios problemas y las fatigas de la vida en el mundo: a través, en una palabra, de todas sus relaciones humanas, inspiradas y vividas cristianamente, con un motivo sobrenatural, por amor a Dios y al prójimo.

Por ser ése el ejemplo que ha de dar, quizá de lejos, a distancia, no llamará nunca la atención un socio de la Obra; pero, el que se acerque a él, el que lo trate, no tardará mucho en poder decir: aquí está Cristo. Porque se sentirá conmovido por ese Christi bonus odor89, que es fragancia del alma en trato continuo con el Señor.

Notas
87

Hch 1,1.

88

2 P 1,10.

89

2 Co 2,15.

Referencias a la Sagrada Escritura
Este punto en otro idioma