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El espíritu del Opus Dei es simple, cándido y genuino. Se fundamenta en la Sagrada Escritura, inspirada por Dios, que es infinitamente sencillo y que dice de sí mismo que es el Dios verdadero1, que es veraz2, que es la Verdad misma 3.

De este espíritu nuestro, claro y leal, quiero hoy recordaros algunos puntos, comentaros algunas de sus características. Porque el Señor, hijas e hijos míos, al encender en mí el vivo deseo de dirigirme frecuentemente a vosotros, me hace comprender muy bien aquellas hermosas palabras, con las que el Apóstol Pablo hablaba a los gálatas: filioli mei, quos iterum parturio donec formetur Christus in vobis4; hijitos míos, por quienes por segunda vez padezco, hasta formar enteramente a Cristo en vosotros.

Ojalá sepáis meditar y vivir fielmente todo cuanto os escribo, para que se pueda decir de vosotros lo que también de los primeros cristianos se dijo: todos, efectivamente, aprendieron lo que tenían que hacer; y no solo lo aprendieron, sino que pusieron fervor en practicarlo; y no solo lo practicaron en las ciudades y en medio de las plazas, sino en las mismas cimas de los montes 5, en todas partes.

Notas
1

Cfr. Jr 10,10.

2

Cfr. Rm 3,4.

3

Cfr. Jn 14,6.

4

Ga 4,19.

5

S. Juan Crisóstomo, In Matthaeum homiliae 1, 5 (PG 57, col. 20).

Referencias a la Sagrada Escritura
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