29
Así se podrá decir de nosotros lo que el salmista dice del Señor, Redentor nuestro y Modelo nuestro: exsultavit ut gigas ad currendam viam, siendo nosotros tan pequeños, a summo caelo egressio eius et occursus eius usque ad summum eius; me alegraré como gigante que corre por su camino y va de un extremo a otro, que desemboca en el cielo, llegando hasta los más lejanos confines; nec est qui se abscondat a calore eius69, no hay quien pueda esconderse y todos reciben el calor.
Y al ver las maravillas que el Señor está ya comenzando a obrar por nuestras manos, en tantas criaturas que a nosotros se acercan, no tendremos la tentación del orgullo, porque en el fondo del corazón resonará aquel versículo del salmo: Tu es, Deus, qui facis mirabilia: notam fecisti in populis virtutem tuam70; solo tú eres, Señor, el que haces cosas admirables, y así das a conocer a las gentes tu poder.
Por tanto, nolite itaque errare, fratres mei dilectissimi: omne datum optimum, et omne donum perfectum, desursum est, descendens a Patre luminum, apud quem non est transmutatio nec vicissitudinis obumbratio71; toda dádiva buena y todo don perfecto, sabéis bien que viene de arriba, desciende del Padre de las luces, en quien no cabe mudanza ni sombra de variación.
Documento imprimido desde https://escriva.org/es/cartas-2/60/ (01/05/2024)